El mundo desde aquí.
Llueve durante
Me divierto con las martas, no conocía su agilidad ni curiosidad. No tenía el gusto de haberles sonreído. Un par de venados pastan afuera del estudio, cuando llego se vuelven a verme como diciendo ¿por qué tanto ruido? Veo su manchas blancas en
Voy al comedor, observo a los comensales que hacen cola. Todos parecemos gente promedio. No hay cabelleras anaranjadas, pestañas azules, ropa estrafalaria. Ni muy gordos ni muy flacos. Normales No vive el cliché de los artistas. Generalmente los que visten de negro son músicos, no les vaya a agarrar el concierto; también es fácil identificarlos por las partituras o los instrumentos que cargan. Por las manos con restos de pintura puedes identificar a un pintor. Los demás quién sabe quiénes somos. Ya sea el más picudo en su área o el más aficionado. No importa. Todo estamos trabajando. Los más jóvenes estarán en los veintes, los mayores en los setenta. Cada cual es un mundo, un mundo intenso en expansión.
Me entretengo con los embases de los alimentos, la información viene en inglés y francés. Podría aprender francés, supongo. Por lo menos el vocabulario y la ortografía.
Con la lluvia de ayer cayó un poco de nieve en la montaña de enfrente. Empiezo a ver las montañas. Cuando llegué pensé en lo que no me dejaban ver, en el horizonte que tapaban, sedienta de los espacios abiertos. Un día se me apareció su contundencia, Dios mío, qué imponentes. Los efectos de la luz en sus espaldas son indescriptibles con palabras. A veces siento que estoy en medio de una tarjeta postal. Ya no me estorban, son el paisaje, el gran personaje, poco a poco su voz se convierte en maestra.
Escucho My heart´s in the Highlands de Arvo Pärt; qué voz, qué melodía, construye y derrumba. Apenas aquí descubrí su música, junto con el trabajo de artistas como Andy Goldsworthy o Eduard Brutinsky. Sus imágenes me relacionan con la tierra de otra manera, qué talento, qué apertura.
Vuelvo a mi estudio, una ardilla me espera en el puente. A su lado los pétalos de las piñas verdes están apilados. Ha comido mucho. Me dan ganas de tocar la piel de su panza abultada.
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